Sabemos que cuando se trata de reponer una pieza perdida, especialmente si se trata de varias piezas, os surgen dudas sobre los distintos tratamientos. Hoy os queremos hablar de dos tratamientos reconstructivos, sus beneficios y problemas: los puentes dentales frente a los implantes. ¿Cuál es mejor? Esta duda es muy frencuente puesto que ambas opciones cubren la misma necesidad. Sin embargo, en el blog te explicamos porque nos decantaríamos por un implante dental.

¿Implantes o puentes dentales?

La implantología dental consiste en colocar una raíz artificial de titanio en el hueso, mediante un tornillo, para después colocar una corona dental encima, dando un resultado que sea sea totalmente estético. Las coronas son una especie de funda que se colocan bien sobre dientes o bien sobre implantes. Normalmente están hechas de cerámica, porcelana o resina.

Por otro lado, los puentes dentales son un conjunto de coronas que simulan varios dientes. Hasta aquí, es similar a los implantes. Sin embargo, esta estructura se fija mediante un cemento especial sobre nuestros propios dientes, que actúan como soporte del puente. Es decir, en este caso no añadimos una sujección «externa».

Desventajas de los puentes dentales

  • Como os hemos dicho, el puente dental no añade ninguna raíz artificial para el diente perdido, por lo que se sujeta sobre dientes sanos. Por ello, los dientes que rodean al puente pueden verse dañados y su raíz debilitada por la constante presión ejercida. El resultado puede ser la movibilidad de dientes sanos.
  • Además, estos dientes deben de ser tallados para colocar el puente, por lo que su tamaño disminuye notablente.
  • Si el puente y la corona no encajan bien pueden penetrar bacterias y placa entre estos y los dientes sanos o nuestras encias, causando infecciones graves.

¿Por qué decantarse por implantes?

Recuerda que los implantes son la opción más segura, pues la prótesis se une al hueso (¡la estructura original de nuestros dientes!) y no a otras piezas. Además:

  • Tiene una mayor duración.
  • Evita la pérdida ósea gracias a un proceso de osteointegración. Como os hemos dicho, el implante se une al hueso y tras un tiempo acaba integrándose como lo haría la raíz natural de nuestro diente.

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