Una buena forma de disfrutar del buen tiempo con nuestra familia y amigos es yendo a la piscina. Aunque este sea el lugar idóneo para refrescarse y desconectar, no debemos despreocuparnos de nuestra salud bucodental.

En este artículo vamos a tratar como afecta el agua de las piscinas a nuestros dientes y que problemas puede generar la exposición a alguna de las sustancias que la conforman. Además, os compartiremos algunos consejos para que podáis hacer frente a todos ellos.

chica sonriendo en verano

¿El agua de la piscina daña los dientes?

Si bien es cierto que bañarse de forma ocasional durante el verano no supone ningún tipo de problema para nuestros dientes, hay que tener en cuenta que algunos de los componentes químicos que tiene el agua de las piscinas puede ser perjudicial para nuestra salud dental.

Una de las principales sustancias utilizadas es el cloro. Esta se utiliza para desinfectar el agua de posibles gérmenes y bacterias que la compongan, así como ayudar a regular su nivel de PH. El impacto del cloro sobre nuestros dientes es mínimo si su cantidad es adecuada, pero cuando los niveles de cloro y acidez del agua son irregulares se generan consecuencias directas sobre nuestra salud bucodental.

Padre e hijo jugando en la piscina

¿Qué efectos tiene el cloro en nuestra salud dental?

La exposición directa y continuada de cloro sobre nuestros dientes es habitual durante el verano y esto puede generar un impacto negativo sobre nuestros dientes y encías. Los principales efectos y síntomas producidos por la cantidad de cloro son los siguientes:

  1. Erosión dental: cuanto más ácido sea el PH más altas son las posibilidades de erosionar el esmalte de nuestros dientes. Esta erosión desencadenaría una elevada sensibilidad dental.
  2. Pérdida de color: la constante exposición a esta sustancia puede producir manchas amarillas en nuestros dientes, las cuales tendrían que ser eliminadas por un odontólogo.
  3. Halitosis: una consecuencia común, pero de fácil solución, es la halitosis, habitualmente conocida como mal aliento.
  4. Aparición de sarro: se produce por un exceso de cloración en el agua. Es muy común entre los atletas debido a las largas jornadas de entrenamiento que realizan en las piscinas.
  5. Gingivitis: el cloro no solo daña a nuestros dientes si no también a las encías, provocando una intensa inflamación de las mismas cuando los niveles de cloro son elevados.

Cómo evitar que el cloro perjudique la salud bucodental

Siempre es recomendable no pasar demasiadas horas dentro de la piscina, pero si tienes pensado estar largos periodos de tiempo dentro de ella, te dejamos varios consejos que podrán ayudarte a mantener tu salud bucodental intacta durante el verano.

  1. Utilizar pastas de dientes fluoradas para rebajar el exceso de acidez en la saliva. Esto nos ayuda a reducir las posibilidades de que se origine erosión en nuestros dientes.
  2. Cepillarse los dientes y realizar un uso del hilo dental habitualmente durante este periodo del año.
  3. Enjuagarse la boca con agua después de salir de la piscina. Esto nos ayuda a eliminar posibles bacterias que hayan quedado almacenadas en nuestra boca.
  4. Asegurarse de que el agua cuenta con los niveles correctos de PH. Nuestra saliva tiene unos niveles que oscilan entre 6 y 7, por ello es recomendable que los niveles de PH del agua no se distancien en exceso de estos.
  5. Pedir cita con tu dentista para la realización de una limpieza bucal. Siempre es recomendable realizarse una limpieza bucal de forma anual para evitar la aparición de enfermedades.

El verano es la época del año perfecta para disfrutar del buen tiempo y hacer ejercicio, pero esto no debe generar que nos despreocupemos de nuestra salud dental.

En Ortoinvisible recomendamos acudir a nuestra clínica una vez pase el periodo de verano para realizar una revisión profesional de la salud bucodental.