¿Qué es el bruxismo?

Bruxismo: una parafunción oral

El bruxismo es una parafunción mandibular persistente que se conoce comúnmente como rechinar de los dientes. Una parafunción son movimientos del sistema masticatorio que, además de no ser útiles ni cumplir una función, son involuntarios y a menudo desconocidos para el paciente. Las personas que tienen bruxismo aprietan fuertemente los dientes superiores con los inferiores y los mueven de atrás hacia adelante y viceversa, produciendo el desgaste de las piezas dentales. Los movimientos se puede producir durante el día y/o por la noche. El más frecuente es el relacionado con el sueño y también el más difícil de controlar.

Distintos tipos de bruxismo

Dependiendo de si el movimiento se produce durante el sueño o cuando estamos despiertos, el bruxismo se denomina nocturno o diurno. El tratamiento será distinto en funciónn de con qué tipo de bruxismo lidiamos.

Además, dependiendo de la capacidad para identificar sus causas lo denominaremos primario, cuando hay una causa identificable, ya sea psicológica, odontológica o neurológica; o secundario, cuando no se puede estipular la razón tras el bruxismo.

Un problema que se nota en todo el cuerpo

Uno de los principales problemas del bruxismo es que los dientes pueden ejercer una presión excesiva en los músculos, los tejidos y las estructuras que rodean la mandíbula. De hecho, si se prolonga en el tiempo puede causar problemas en la articulación temporomandibular.

Esta artículación se encarga de la apertura y cierra de la mandíbula. Las alteraciones de esta articulación tiene sus síntomas en nuestros músculos faciales, mandíbula, oído, cuello y espalda. Por lo tanto, el bruxismo puede causar cefaleas, mareos y muchas molestias en todo nuestro cuerpo.

¿Qué causa el bruxismo?

Su principal desencadenante se sitúa en el plano psicológico aunque las repercusiones se extienden al plano de la odontología. En la actualidad los especialistas difieren sobre las causas que originan este problema, aunque apuntan al estrés como el principal desencadenante. Otros factores pueden contribuir a su aparición:

  • La postura: si pasas horas sentado o en una postura anómala, tus músculos cervicales y de la cabeza se sobrecargan. Estos a su vez, tienen un efecto en tu mandíbula. Los músculos que se encargan de cerrar tu boca (masetereo y temporal) se desarrollan más que los que se encargan de abrirla, creando una descompensación en la articulación temporomandibular.
  • La alineación de los dientes: la mala oclusión, ya sea dental o a nivel mandibular, puede activar una respuesta muscular que empeore el bruxismo.
  • Existe una gran incidencia de personas con enfermedades periodontales que sufren bruxismo.  Estas incluyen problemas en encías, en el hueso…
  • El tipo de alimentación y los hábitos del sueño: estos influyen en nuestro estado psicológico y nos afectan en la conciliación del sueño. Esto puede empeorar los episodios de bruxismo.

Síntomas del bruxismo

No olvides que solo un especialista debe diagnosticar tu bruxismo, pero es importante que prestes atención a los siguientes síntomas y acudas a un dentista:

En tu boca:

  • Desgaste dental
  • Retroceso gingival
  • Abfracción: es decir, la pérdida de esmalte en el cuello del diente. La dentina queda expuesta, algo que produce problemas con el cepillado y facilita la aparición de caries.
  • Sensibilidad a la temperatura y alimentos.
Ejemplo de desgaste dental.
Ejemplo de abfracción.

En el resto de cuerpo: 

  • Dolor de cabeza.
  • Dolor de la musculatura masticatoria
  • Dolor de cuello
  • Dolor de oído
  • Sensibilidad muscular.
  • Dolor y/o inflamación de la mandíbula.

Psicológicos:

  • Trastornos alimentarios.
  • Insomnio.

Tratamiento

El tratamiento del bruxismo ha de basarse en eliminar los causantes de esta patología. Si la causa es estrés, es importante tratarlo para eliminar el problema o que, al menos, los episodios sean menos frecuentes y agresivos. Si es nocturno, también es importante que cuides y adquieras una rutina del sueño.

¿Qué puede hacer tu dentista? Es muy importante que, si sufres bruxismo, tomes medidas para proteger tus dientes y que acudes a revisiones periódicas con tu dentista para paliar los efectos de la patología. ¡Imprescindible! Si tus episodios ocurren durante el sueño, tu dentista diseñará una férula de descarga que ayudará a mantener tus dientes sanos y evitará la presión ejercida en tu mandíbula y músculos.

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